"Mi hijo obtuvo 'Riesgo Alto' (o Medio). ¿Significa que es 'adicto'?"

Guía de primeros pasos y cuándo buscar apoyo profesional.

EN RESUMEN: Tu Guía Rápida

1. No es un diagnóstico de "adicción": Un resultado de riesgo es una alerta temprana, una herramienta para actuar, no una etiqueta.

2. Distingue Uso, Abuso y Adicción: Entender estas diferencias es clave para abordar el problema con precisión y sin alarmas innecesarias.

3. Empieza por casa: Tu ejemplo y la comunicación abierta son las herramientas más poderosas que tienes para guiar a tus hijos.

4. Busca ayuda si interfiere con su vida: Si observas un impacto severo y persistente en su sueño, estudios o estado de ánimo, es momento de consultar a un profesional.

Ver la palabra "Riesgo Alto" o "Riesgo Medio" junto al nombre de tu hijo puede helarte la sangre. Lo entendemos. Antes de que la preocupación tome el control, respira hondo. Has llegado al lugar correcto. Este resultado no es un fracaso como padre o madre; es una herramienta valiosa que te indica que es el momento perfecto para actuar con información y apoyo.

¿Qué significa realmente "Riesgo Alto"?

Cuando un test indica un riesgo, es fundamental entender que no estamos ante un diagnóstico clínico de "adicción". Estas evaluaciones son valiosas herramientas de cribado o detección temprana. Su objetivo es identificar patrones de comportamiento que podrían volverse problemáticos si no se gestionan a tiempo.

Para tener claridad, la comunidad científica distingue tres niveles en la relación con las pantallas:

  • Uso: Es simplemente emplear la tecnología, algo normalizado en la vida de casi cualquier niño o adolescente hoy en día.
  • Abuso: Ocurre cuando el tiempo en pantallas es excesivo y empieza a desplazar actividades esenciales como dormir, estudiar, jugar al aire libre o compartir en familia. Genera consecuencias negativas, pero no siempre es una patología.
  • Adicción comportamental: Aquí hablamos de una condición más seria, como el "Trastorno por Uso de Videojuegos" (reconocido por la OMS). Se caracteriza por una pérdida total de control, una necesidad irrefrenable de estar conectado y consecuencias negativas graves. Si te preguntas por qué tu hijo no puede parar de jugar, es clave entender estas distinciones.

Por lo tanto, un resultado de "Riesgo Alto" o "Medio" significa que existen indicadores de un uso problemático. Es una invitación a la acción, y la buena noticia es que la gran mayoría de los padres están dispuestos a recibir recomendaciones y actuar. ¡Esa es la mayor oportunidad!

Guía de Primeros Pasos: 6 Acciones Concretas para Empezar Hoy

Ante un resultado de riesgo, la intervención temprana y proactiva es fundamental. Aquí tienes una hoja de ruta clara para empezar a generar un cambio positivo en casa.

👨‍👩‍👧 1. Empieza por casa: Sé el modelo a seguir.

El uso de pantallas de los padres es uno de los factores que más influyen en los hábitos de los hijos. Reflexiona sobre tu propio tiempo frente al móvil o el ordenador. Establecer momentos libres de tecnología para toda la familia, como durante las comidas, es un ejemplo mucho más poderoso que cualquier regla.

🗣️ 2. Fomenta el diálogo, no el interrogatorio.

Habla con tus hijos de forma frecuente y abierta sobre su vida digital. Muestra interés genuino por los juegos o videos que les gustan. Cuando aparezca la frustración al apagar un dispositivo, valida su emoción:

"Entiendo que te moleste parar ahora, sé que te estabas divirtiendo mucho".
Escucharles crea un puente de confianza indispensable.

📝 3. Crea un "Plan Digital Familiar".

La mejor herramienta para esto es aprender cómo poner límites de pantalla sin generar una guerra. Establece reglas claras, consistentes y, si tus hijos son mayores, negociadas en conjunto. Este "Plan Digital Familiar" puede incluir horarios, zonas libres de pantallas y tipos de contenido permitidos.

🌳 4. Ofrece alternativas irresistibles.

Un factor clave en el uso excesivo es cuando las pantallas empiezan a desplazar otras áreas vitales. Para combatirlo, inspírate en nuestra guía sobre qué actividades vitales recuperar y promueve activamente el **arte y el movimiento**. Inscríbelo en un deporte que le apasione o salgan a pintar al parque. Llenar su día de experiencias reales es la mejor estrategia.

🌙 5. Protege el sueño como un tesoro.

La evidencia es clara: las pantallas alteran el sueño. Una regla de oro no negociable es **apagar todos los dispositivos al menos una hora antes de dormir** y mantenerlos fuera de la habitación. Un buen descanso es vital para la regulación emocional, la atención y el crecimiento.

🚦 6. Domina las transiciones.

Las rabietas suelen explotar por interrupciones bruscas. Para evitarlas, avisa siempre con antelación ("En 5 minutos terminamos") y desactiva la reproducción automática en plataformas como YouTube o Netflix para crear puntos de parada naturales. Y recuerda: una vez que se establece el límite, mantente firme con empatía. Ceder le enseña que las rabietas funcionan.

¿Cuándo es el momento de buscar ayuda profesional?

A veces, a pesar de nuestros mejores esfuerzos, la situación requiere el apoyo de un experto. Considera buscar ayuda si el uso de pantallas de tu hijo causa un impacto severo y persistente en áreas clave:

  • Salud Mental: Muestra síntomas claros de ansiedad, depresión, irritabilidad extrema o aislamiento social.
  • Rendimiento Académico: Sus notas bajan drásticamente, le cuesta concentrarse o empieza a faltar al colegio.
  • Relaciones Familiares: Los conflictos son constantes, miente sobre su tiempo de uso o ha abandonado todas sus aficiones anteriores.
  • Salud Física: Sufre alteraciones graves del sueño que afectan su energía y humor durante el día.

Tu pediatra es siempre un excelente primer punto de contacto. Puede ofrecerte una valoración inicial y orientarte sobre si es necesario derivar el caso a un psicólogo infantil o terapeuta especializado. Pedir ayuda no es una señal de fracaso, sino un acto de amor y responsabilidad.

En Conclusión: Eres la clave del cambio

Has dado el paso más importante: informarte y buscar soluciones. Recuerda que la relación de tus hijos con la tecnología es compleja y no hay respuestas mágicas. Pero con paciencia, consistencia y la información correcta, puedes guiarles hacia un bienestar digital saludable.

En Tiempo de Jugar, estamos aquí para acompañarte en cada paso de este camino. No estás solo/a.